Tomado de: semana rural.com
El 24 de noviembre del 2017, Gustavo Cardona Arbeláez, llegó a la Iglesia de La Catedral, en pleno centro de Cali. Tenía el rostro tensionado. Se sentó sigiloso entre los puestos que aún quedaban vacíos y se refugió en su propio silencio. A Gustavo nadie lo conoce por ese nombre, pero cuando se habla de ‘Santiago’, en el Valle del Cauca, vuelve la imagen del hombre detrás del secuestro de los doce diputados, en el 2002. A solo unos metros de esta Iglesia, quince años atrás, el propio Gustavo coordinó la cinematográfica entrada a la sede de la Asamblea, fue el encargado de ´alzar’ a los rehenes y fue quien les dijo que se trataba de un secuestro de las Farc. Después de pagar una pena en la cárcel, el entonces número dos del Frente Urbano Manuel Cepeda Vargas estaba en la Catedral para pedirles perdón a los familiares de los once diputados asesinados.
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